Contaminación alimentaria 2

Salvado el honor del pepino patrio y mientras los responsables sanitarios alemanes siguen buscando el origen de la contaminación insistiremos en la necesidad de mantener unas medidas rigurosas de higiene particularmente cuando manipulamos alimentos.

El caso alemán nos hace reflexionar a todos, cuanto más tiempo pasa y surgen más infectados más se complica encontrar el origen y el medio de contagio. Que aparezcan personas infectadas que no hayan consumido los alimentos sospechosos y que se nos diga que el contagio puede ser "persona a persona"nos hacen pensar en las múltiples vías de contagio que pueden surgir y no solo en una cocina.

Una simple cucharilla mal lavada en el café puede servir de medio para provocar una contaminación que, en el mejor de los casos, quedará en una simple diarrea. Por eso es preciso ser cuidadosos con el lavado de las vajillas, cubiertos, cristalerías y, en particular con cualquier instrumento que entre en contacto con los productos crudos. Herramientas como un sencillo pelaverduras puede crear un problema. Por ello insistimos de nuevo en la conveniencia de lavar con agua caliente y detergente antibacterias los materiales de cocina y mesa y calentar previamente al fuego ollas y sartenes antes de su uso.

Los huevos, siempre presentes en la cocina son una importante fuente de contaminación ya que su superficie suele tener restos de heces, lo mejor es lavarlos y cascarlos sobre un plato, no directamente sobre el recipiente en que se vayan a cocinar, para evitar que entren restos de cáscara.

Otra costumbre extendida y que pese a las medidas legales vigentes parece imposible erradicar es la de consumir productos sin registro sanitario, en particular la caza que al evitar la revisión veterinaria puede conducirnos a enfermedades serias, aunque también puede ser un problema la lechuga de la abuela, porque a la pobre abuela le construyeron (por ejemplo) una autopista justo al lado y sus tomates podrían destrozarnos la puerta del microondas por la cantidad de plomo que tienen pero "se comieron toda la vida" y "son de casa".
Pero en cualquier casa puede aparecer un mosquito o una mosca que, de aquí para allá, contaminan la comida que teníamos preparada, por eso es también más que recomendable tapar y refrigerar los platos cocinados que no vamos a consumir en el momento y para comer, hervir el conjunto diez minutos.

En resumen, que aunque mañana nos digan que la contaminación por E colli tuvo su origen en una granja, en un almacén, durante el transporte o en el mercado y que una vez en la cocina sería prácticamente inevitable, lo que tenemos que hacer es esforzarnos por evitar las que sí lo son poniendo toda nuestra atención en los pequeños errores que repetimos todos los días dentro de nuestra casa.

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